Atzumpa W
Análisis del grano
Datos de cata
Densidad del grano (0.746)
Actividad de agua (0.501)
Sobre la finca
Finca Atzumpa
La Finca Atzumpa, ubicada en Concepción de Ataco, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador, es gestionada por Andrés Acosta y pertenece a la familia Ariz-Herrera, con una tradición cafetalera de cinco generaciones. Cultiva principalmente la variedad Bourbon a una altitud de 1.375 metros sobre el nivel del mar. La finca trabaja con diversos procesos de beneficio, incluyendo natural, honey y lavado, lo que le permite ofrecer cafés de perfiles variados: los cafés naturales destacan por notas de cereza, chocolate con leche y jazmín; los honey aportan sabores dulces y frutales como ciruela, miel y vainilla; mientras que los cafés lavados presentan un carácter más limpio con notas de caramelo, avellana y chocolate.
Finca Atzumpa ha sido reconocida internacionalmente, alcanzando posiciones destacadas en la Cup of Excellence de El Salvador en 2018 y 2019. Su éxito se basa en la combinación de tradición y modernidad, con un fuerte control de calidad en cada proceso, y en su compromiso social, apoyando a la comunidad local mediante proyectos educativos y culturales a través de la fundación FUNDATACO.
Sobre la región
La cordillera Apaneca-Ilamatepec atraviesa los departamentos de Ahuachapán, Santa Ana y Sonsonate, en el noroeste de El Salvador, cerca de la frontera con Guatemala. Desde Guatemala llegaron las primeras semillas de café a El Salvador a finales del siglo XVIII. La producción de café en El Salvador comenzó en estas montañas, y con el tiempo se extendió a otras partes del país.
La Reserva de la Biosfera Apaneca-Ilamatepec fue declarada por la UNESCO en 2007. Esta Reserva de la Biosfera incluye plantaciones forestales, cafetales, pastizales y cultivos. Hay 12 especies de flora en peligro y 58 especies amenazadas, así como 12 especies endémicas de aves y otros animales protegidos aquí.
La Reserva incluye humedales que proporcionan agua dulce al país: El Lago de Coatepeque, la Laguna Verde y la Laguna Las Ninfas. Éstas tienen ecosistemas de vegetación acuática y zonas de recarga de acuíferos debido a la actividad volcánica actual.
Casi 4.000 hectáreas están destinadas a la conservación como áreas naturales protegidas, y 39.500 hectáreas corresponden a cafetales de sombra que interconectan las zonas núcleo para permitir un flujo de flora y fauna, actuando así como parte fundamental del Corredor Biológico Mesoamericano.